Las Semanas de la Moda se suceden en las principales capitales del mundo, lo que ayer fue actual en unas semanas queda obsoleto. Las mismas prendas se repiten y reinterpretan cada pocos meses pero, más allá de este ir y venir de tendencias, ¿cuál es el futuro de la moda? La tecnología parece tener la respuesta
Sin embargo, en este momento de grandes descubrimientos científicos y tecnológicos, la moda prácticamente ha progresado en los últimos 100 años. Descubrimos nuevos planetas, se experimenta con órganos artificiales y los robots ya no forman parte únicamente de las películas pero, para fabricar una simple camiseta blanca de algodón se necesita cosechar y recoger el algodón, hilarlo, conseguir entonces el tejido y después confeccionarla para convertirla en una prenda de ropa. Después se empaquetará, enviará, distribuirá, desempaquetará y, finalmente, se venderá. Un proceso costoso que sitúa a la industria de la moda, después del sector del petróleo, en la segunda más contaminante del mundo. Este es uno de los motivos por los que, más que nunca, el sector de la moda debe reciclarse para no morir. Los avances tecnológicos en la industria y las nuevas vías de investigación en el sector textil tienen como objetivo conseguir una producción menos costosa y más sostenible, este es el verdadero futuro de la moda.
La impresión en 3D está revolucionando el sector textil. Esta tecnología permite confeccionar, a partir de un archivo que contiene un diseño predeterminado, una prenda de ropa en muy poco tiempo y, más adelante, cuando se popularice, podremos crearlas en nuestra propia casa. De la impresora directamente a nuestro armario.
La tecnología 3D, en realidad, no es nueva, lleva años utilizándose en otros tipos de industrias para la fabricación de algunos prototipos. Ahora se aplica a la moda para crear ropa cuya característica principal es la sostenibilidad. Ecológica, ética y justa en su fabricación alejada de talleres clandestinos con condiciones inhumanas de trabajo como ocurre en muchos casos en la actualidad. Los materiales empleados son ecológicos e incluso reutilizables elaborados a partir de, por ejemplo, botellas de plástico o ropa usada. Esto permitirá que una vez que nos cansemos de una prenda podamos reutilizar su material para fabricar una nueva y así no generar materiales de desecho.
A su vez, la impresión 3D junto a la utilización de internet generará un flujo continuo de archivos con diseños que los usuarios podrán compartir en todo el mundo y fabricar localmente.
Dejaremos de comprar una prenda con una duración limitada para comprar un archivo, algo que no se desgasta ni tiene fecha de caducidad, la antítesis de la moda, por otra parte. De este modo podremos imprimirnos siempre que queramos una prenda añadiéndole las variaciones que nos parezca, por ejemplo, obtenerla en todos los colores que deseemos. Pasaremos así de comprar algo caduco a algo que dura de por vida. Una vuelta de tuerca a toda la industria de la moda que conllevará cambios profundos en el sector. El objetivo actual de la impresión 3D aplicada a la moda es aumentar la velocidad de fabricación manteniendo su sostenibilidad, conseguir “tejidos” más flexibles y resistentes y que las impresoras 3D acaben convirtiéndose en algo tan cotidiano como lo hicieron las impresoras en papel.
Se llama Comme Des Machines , es un estudio fundado en 2012 y formado por Aran Azkarate, Andrés Iglesias, Miren Arzalluz, Joan Mikel Azkarate y Suso León. Se dedican a la Moda y la Tecnología y están especializados en impresión 3D aplicada a las industrias creativas. Comme des Machines se ha propuesto, desde su estudio en Bizkaia, conseguir que la industria de la moda salte de su mano al futuro de una manera sostenible produciendo productos de diseño con impresión 3D.
Junto al diseñador Bruno Pieters se convirtieron en la primera marca en ofrecer una colección de diseños descargables para imprimir en impresoras 3D con el nombre de “Download EP01”. Además del proyecto junto a Pieters, ya le han dado la mano para saltar destacados clientes/colaboradores como: Museo Guggenheim Bilbao, ModeMuseum (Amberes), Iberdrola, BBK Live, Honest by Bruno Pieters, Rombaut, Kassim Denim (Karachi), Moises Nieto, 44 Studio, Oliver & Co o la joven firma valenciana Becomely. La revolución de la moda surge de Bizkaia con Comme des Machines.
Un nuevo sistema siempre plantea nuevos interrogantes. La moda creada a partir de la impresión en 3D plantea la posibilidad de la modificación en la cadena de producción y la desaparición del sistema de distribución y puntos de venta tal y como se conciben hoy. ¿Preferiremos fabricar cómodamente nuestra ropa en casa o seguiremos acudiendo a las tiendas a comprarla para no perder la parte humana que conlleva? Estamos todavía lejos de contestar esta pregunta, para eso será necesario ver cómo se desarrolla el mercado y comprobar si para imprimir digitalmente prendas se requerirá mano de obra. Con ello surgirán, seguramente, nuevas profesiones: sastrerías digitales, diseñadores de prendas en 3D, creadores de “tejidos” 3D… Y, muy probablemente, aunque los consumidores tengan la posibilidad de diseñar sus propias prendas, muchos preferirán crearlas a partir de los diseños de otros.
Otro de los problemas que puede surgir se relaciona con la propiedad intelectual de los diseños porque, si la moda en 3D nos permite escanear un diseño ya existente y utilizarlo para reproducirlo en 3D, ¿es lícito?, ¿cómo se regularán legalmente estos aspectos ?¿Acabará la impresión 3D con la parte más creativa y artesanal del diseño de moda?
Más allá de la moda creada a partir de la impresión en 3D, hay investigadores y diseñadores que están desarrollando sorprendentes y nuevas alternativas en el sector. Ideas que parecen ciencia ficción pero que ya forman parte del futuro de la moda y en pocos años se convertirán en una realidad cotidiana.
Con la ayuda de un biólogo, la investigadora británica Suzanne Lee ha comenzado a desarrollar un nuevo método de producción de material llamado BioCouture que utiliza bacterias para hacer crecer un nuevo tejido. El procedimiento es, a simple vista, bastante sencillo. Lee prepara hasta 30 litros de té y añade un par de kilos de azúcar mientras todavía está caliente, luego se vierte junto ácido acético donde crece la bacteria. Con la termorregulación adecuada, obtiene una capa de tejido grueso en dos o tres semanas que tiene que deberá secarse ya que la mayor parte de su masa es agua. El resultado es un tejido fino, ligero y similar a un papel una especie de cuero vegetal muy flexible. Su ventaja: no deja residuos, es completamente renovable y se puede descomponer.
Otro avance aún en vías de desarrollo es una máquina creada por Rokusek que utiliza un avatar digital que almacena la información sobre el usuario de modo que éste pueda proyectar y apropiarse de cualquier diseño precargado en el cuerpo del futuro usuario. Una vez que el cliente confirma el pedido, el propio dispositivo puede imprimir y cortar el tejido y gracias a unos brazos robóticos, la máquina une las piezas sin usar hilo y aguja.
Fuente: valenciaplaza.com